Mestizaje lingüístico y cultural en la novela Laila de Laila Karrouch
Estudiante investigador en el Master: Marruecos y el mundo Hispánico: Lengua, Literatura, traducción e Interculturalidad
Universidad Mohamed primero
MARRUECOS
Resumen
Este artículo no pretende otra cosa más que presentar un itinerario analítico personal de la novela de Laila de la escritora Laila Karrouch abarcando una serie de aspectos relacionados con el estudio de la obra desde un enfoque cultural donde exponemos discusiones e interpretaciones forjadas a lo largo de sus lecturas, aproximaciones críticas a nivel del mestizaje lingüístico-cultural, mediante una cultura fronteriza, con una prosa sencilla y conmovedora con la cual la autora marroquí da toda una lección para aquellos que todavía creen que las barreras entre culturas son insuperables.
This article aims nothing more than to present a personal analytical itinerary of the novel Laila by the writer Laila Karrouch, covering a series of aspects related to the study of the work from a cultural approach where we expose discussions and interpretations forged throughout its readings, critical approaches at the level of linguistic-cultural mixing, through a border culture, with simple and moving prose with which the Moroccan author gives a lesson for those who still believe that the barriers between cultures are insurmountable.
Palabras clave : Mestizaje. Interculturalidad. Bilingüismo. Biculturalidad. Literatura fronteriza. Impacto lingüístico-cultural.
Keywords : Mixture. Interculturality. Bilingualism. Biculturalism. Border literature. Linguistic-cultural impact.
Introducción
La expresión literatura fronteriza está constituida por dos vocablos: literatura y frontera; si bien la literatura es el arte de la expresión escrita o hablada, como lo son la poesía, el teatro y la narrativa… La palabra frontera denota los límites geográficos que separan un estado de otro o una zona de otra dentro de una misma nación, la cual puede ser real o imaginaria. Pues, la literatura fronteriza es una literatura considerada como una ventana para ver lo que será el resto del mundo, es una manifestación multicultural, transcultural, intercultural y bicultural. Esta corriente literaria está representada generalmente por escritores radicados en un país extranjero, España, en este caso. Pues, los autores de origen marroquí residentes en España, como Said El Kadaoui, Najat El Hachmi, los hermanos Karima y Mohamed Toufali, Samira Briguech, Mohamed Lahchiri y Laila Karrouch han podido plasmar sus huellas en este tipo de literatura creando obras literarias de prosa y verso de gran interés público donde ponen de manifiesto sus vivencias, su experiencia migratoria, su procedencia geográfica y raíces, la recuperación de los orígenes, el problema de la identidad y el choque cultural que viven entre dos mundos, dos lenguas y dos culturas diferentes o, incluso, antagónicas. Asimismo, las dichas producciones literarias están marcadas por ser obras caracterizadas por mestizaje lingüístico (bilingüismo) y combinación cultural (interculturalidad, simbiosis…) con la inclusión de rifeñismos en sus creaciones literarias escritas en español o catalán.
En este trabajo abordaremos el tema del mestizaje lingüístico y cultural en la obra Laila, de Laila Karrouch. Así que, para entender bien el porqué de la obra nos parece bien realizar un corto recorrido, pero interesante por la vida de la autora.
Autora
Laila Karrouch
Nació en un pueblo de la ciudad costera de Nador llamado Ait Sidel Yebal (precisamente, los Karrouch), en el norte de Marruecos, en 1977. A los ocho años, y después que su padre consiguiera un trabajo en España, se trasladó junto con su madre y sus hermanos a la ciudad de Vic, en Osona. Y aquí continúa desde entonces cursando los estudios primarios y los universitarios.
Laila es escritora, enfermera y colaboradora de diarios y revistas. Aficionada a la pintura, actividad que cultiva en sus ratos libres, Laila es su primera incursión en la literatura, de carácter autobiográfico, pero no será la última. Después estuvo preparando una recopilación de cuentos tradicionales árabes, para enriquecer la fantasía de los niños con la de los que viven al otro lado del Estrecho. Fue la primera escritora de origen amazigh a publicar un original en catalán. También es autora de otras obras como: Petjades de Nador; Un meravellós llibre per a nens i nenes; Quan a l’Isma se li van creuar els cables (Huellas de Nador; Un maravilloso libro para niños y niñas; Cuando a Isma se le cruzaron los cables).
Laila está convencida, por propia experiencia, de que conocer otras culturas ayuda a eliminar barreras previamente fijadas y, muy probablemente heredadas, de manera que intenta buscar el equilibrio entre la cultura de origen y la adoptiva y acercar, de este modo, estos dos mundos que ya siente muy suyos. Aunque se siente feliz viviendo en España, siempre que puede, en verano, viaja a su Marruecos natal. En su hogar, su pasado y su presente viven entrelazados.
La portada de Laila
En la portada de Laila, como se puede ver en la imagen de abajo, se presenta el rostro de una niña cubierto de un velo negro por el cual se ven sólo los ojos y también con un fondo negro, pero con una luz iluminante. Esto todo refleja toda una autobiografía (desde su primer viaje de Nador a Vic hasta una cierta edad), el trauma y la confusión que afronta la autora al cambiar de país, de lengua y de cultura a una edad muy temprana, pero también refleja, al mismo tiempo, la integración, la adaptación y la fusión en el país receptor a través su mirada al otro lado de la orilla.
Estructura y argumento en Laila
Laila es una pura autobiografía de la autora Laila Karrouch, en ella cuenta su llegada a España procedente de Marruecos, empieza una vida marcada por los contrastes: tendrá que asumir, junto a su familia, una nueva cultura, y una nueva forma de vida sin renunciar a sus raíces. Con una prosa sencilla y conmovedora, Laila es toda una lección para aquellos que todavía creen que las barreras entre culturas son inquebrantables. En palabras de Laila, con las cuales termina su novela: ¿Por qué no un buen cuscús para comer y una tortilla de patatas para cenar?
En esta cita de la obra se ve muy claro la posibilidad y predisposición de aceptar una nueva cultura poniéndola al lado de la propia a través de los platos típicos de ambos países, tanto de origen (Marruecos) como de recepción (España).
Pues, todo lector de la obra, al leerla, notará que la misma está estructurada en quince capítulos titulados todos, y que dicha estructura cumple con la tradicional secuencia de inicio, desarrollo y cierre.
Por lo que concierne el argumento en relación con cada capítulo, lo detallamos de la siguiente forma:
Inicio:
Capítulo 1: titulado La despedida. En el año 1985, Laila, siendo niña de 8 años, y su familia compuesta de sus padres (Fadma y Ahmed), tres hermanas (Hayat, Karima y Rashida) y un hermano (Nourdine) se preparan para viajar a España y se despiden de los abuelos, familiares y vecinos en un ambiente muy conmovedor : Cuando llegó la hora de despedirme de mi abuela y de mi abuelo, sentí como si me ardiera el corazón (…) Nos abrazamos de uno en uno y después todos a la vez (Karrouch, 2005:13)[1]
Desarrollo:
Capítulo 2: tiene como título La llegada. Descubre la ciudad, sus calles, luces y el piso donde van a vivir ubicado en la calle San Pablo (Vic).
Capítulo 3: su título es La ciudad. En este capítulo, Laila descubre nueva cultura y costumbres distintas a las suyas.
Capítulo 4: se titula Voy a la escuela. Va a la escuela, conoce a nuevas amigas y recibe la ayuda de sus maestras para aprender castellano. Asimismo, descubre la Navidad y recibe muchos juguetes, como descubre que a algunos de sus amigos no les gusta la henna que tenía en las manos.
Capítulo 5: titulado Los primeros problemas. Laila se choca con una niña gitana que le llama mora y luego el hermano de la niña que quiere pegarla, pero se escapa de él. En este mismo capítulo, Laila se integra en un equipo femenino de baloncesto que la respeta y donde nunca sintió que era diferente a las demás compañeras.
Capítulo 6: de título Soy una buena atleta. Laila era una buena atleta pero por creencias religiosas su madre le pide que abandone el atletismo. Su familia conoce a Janna y Sumisha, dos mujeres inmigrantes marroquíes que no llevan el velo, así que, su madre hace lo mismo.
Capítulo 7: el título es Añoranza. En 1987, Laila y su familia pasan las vacaciones en Holanda en casa de sus abuelos maternos (Shaib y Fátima). Estando allí echa de menos a su casa en España y a volver a oír el castellano en la calle y no le importa nada que le llamen mora.
Capítulo 8: Noticias de Marruecos. En este capítulo su tío Mohamed trae a España a su mujer y a sus tres hijas.
Capítulo 9: Vacaciones en Marruecos. En el año1988, tres años después de su llegada a España, Laila y su familia vuelven a Marruecos para pasar las vacaciones en la gran casa de sus abuelos, hecho que le hizo sentir gran lástima por su amiga Hakima y todas las chicas del pueblo despojadas de su escolarización. También, este capítulo se destaca por la celebración de la fiesta de compromiso de Hayat con su primo Mohamed.
Capítulo 10: Adiós yoyo Amar. Laila vuelve a Cataluña, sigue sus estudios en un colegio más cerca de casa. 1989 es el año en el que el abuelo Amar los visita con el fin de consultar a un oftalmólogo, pero fallece en Murcia durante su viaje de vuelta a Marruecos, lo que causó una enorme tristeza a Laila.
Capítulo 11: Voy al instituto. A los 15 años, Laila es una alumna brillante y siempre obtiene las mejores calificaciones junto con sus amigas Laila (marroquí) y Vera (finlandesa). Por primera vez cena con sus amigas fuera de casa, pero su padre nunca la dejó ir de colonias y le obliga a dejar definitivamente el atletismo a causa de los chismes y comentarios absurdos de sus amigos del pueblo.
Capítulo 12: Hayat se casa. En 1992, Mohamed consigue el visado se reúne con Hayat en España para trabajar y garantizar un futuro mejor. Y en 1993, todos viajan a Marruecos y celebran la boda de Hayat con Mohamed según las tradiciones y el folklore rifeño.
Capítulo 13: Viene la abuela de Marruecos. En 1995, la abuela viaja a España y descubre una cultura y unas costumbres muy diferentes, pero al mismo tiempo le han gustado la vida y los paisajes verdes y vivos de la ciudad catalana. Pero, desgraciadamente, la abuela fallece en el hospital después de diagnosticarle una enfermedad mortal del hígado. Así que, el desconcierto y la tristeza de Laila eran infinitos.
Capítulo 14: Omar y la vida laboral. Laila abandona sus estudios. Ella y su familia vuelven a la gran casa en Marruecos durante las vacaciones, donde realiza el deseo de su abuela difunta: se casa con su primo Omar (hermano de Mohamed). Después, vuelve a España, luego Omar se une a ella y experimentan lo difícil que es encontrar trabajo y alquilar un piso por causas discriminatorias. Por fin, Omar consigue un trabajo en una casa de colonias, y así alquilan una casa y celebran una pequeña fiesta de boda en casa de su padre.
Cierre:
Capítulo 15: Ikram. Laila está embarazada y por ánimos de su esposo Omar vuelve a retomar sus estudios. Da a luz a una niña y la llama Ikram. También consigue su título de auxiliar de enfermería.
Del impacto lingüístico-cultural al mestizaje lingüístico-cultural en Laila
La obra de Laila Karrouch revela el choque entre dos mundos opuestos: dos lenguas, dos culturas, dos sociedades, dos religiones, dos políticas y dos economías, las de su país natal (Marruecos) y las del país receptor (España).
De igual modo, refleja cómo la protagonista pudo asimilar a estas dos realidades tan distintas siendo extranjera en España.
Ahora bien, vamos a realizar un viaje por los quince capítulos que componen Laila dando ejemplos vividos por la propia protagonista, en qué estriban dichas sugerencias :
El primer choque cultural se da en el avión, puesto que a Laila le llama la atención la cara de extrañeza de la azafata cuando su padre le pide para comer. él le había contestado que cualquier cosa mientras no fuese cerdo, porque la religión musulmana nos lo prohíbe (p.16)
Cuando Laila llega a España, se asombra al encontrase en una ciudad tan grande con sus calles, luces y medios de transporte, un espacio totalmente distinto, desarrollado y moderno en comparación con la aldea de los Karrouch y de la ciudad de Nador: Ahora estamos en Hispania, en una gran ciudad, mucho más grande que Nador (p. 17)
Al estar en el piso que van a ocupar, situado en Calle San Pedro, Laila lo compara con la casa grande de sus abuelos donde nació en Marruecos. Considera que la nueva vivienda a pesar de que es pequeña y la del pueblo es mucho más espaciosa con el tradicional grandísimo patio y muchas vastas habitaciones, aquel piso le cae muy acogedor por tener agua potable, electricidad, un buen armario y un cuarto de baño con váter: Esperábamos que papá sacara del bolsillo una luz de aceite o unas velas, pero no fue así; tocó un interruptor y sin más complicaciones, el piso se iluminó (…) el piso (…) era un espacio mucho más reducido que aquel al que estábamos acostumbrados. Fui directamente al cuarto de baño. En mi pueblo solo teníamos un agujero en el suelo (pp.22-23)
En el tercer capítulo, Laila empieza a descubrir la ciudad y cada vez no deja de hacer comparaciones entre lo descubierto en la ciudad española y Nador, entre zocos de España y los de Marruecos, entre las mujeres españolas que van de compras, conducen coches e incluso llevan un cigarrillo en la mano y las rifeñas que su labor no sobrepasa cuidar el hogar ocupándose de las faenas domésticas : una chica conducía un coche y llevaba un cigarrillo en la mano, algo que no había visto en mi país. Aquella chica en Nador, hubiera llamado la atención. (…) La gente, especialmente las señoras, compraban muchas cosas: que si el pan, que si la carne… En Marruecos es al contrario, son sobre todo los hombres los que se encargan de la compra (pp.28-36)
En el capítulo titulado Voy a la escuela, las nuevas amistades de la protagonista que son Sonia, Teresa y Jessica, además de sus profesoras Mercedes, Nati, Elena y Carmen la admiran y le prestan su apoyo, ayuda y ánimo para aprender el castellano. En esta misma escena, se acuerda de su pueblo donde los niños sólo van a la mezquita para leer el Corán bajo la tutela de rafki.
Laila, poco a poco, va implicándose en la cultura española descubriendo la Navidad y los Reyes Magos con los juguetes y carpetas que le regalaron, las canciones religiosas cuyos personajes son los mismos que había aprendido en la mezquita de su pueblo, se trataba de una fiesta típica igual que I’d-Adha (la fiesta del cordero):
(…) todo el mundo hablaba de la Navidad (…) Los Reyes Magos de Oriente traían regalos a los niños (…) se trataba de una fiesta típica, como nuestra I’d-Afha (…) Nunca había estado tan contenta. A mí me regalaron muchos juegos y carpetas para el colegio (…) En clase cantábamos canciones muy bonitas, «Jesús y María», «Campana sobre campana», «El chocolatero» … Jamila me explicó que el Jesús de aquí es el mismo que el nuestro, pero que nosotros le llamamos de otra forma, Sidna Aissa, y que María es Mariam. El rafki nos había hablado de todos estos temas en la mezquita (pp.41-42-43)
Uno de los choques cultuales se da cuando unos compañeros suyos no les gusta la henna que tenía en las manos, ya que para ellos es algo ajeno, y se da también cuando una niña gitana le llama mora por ser simplemente una marroquí, en cambio, hay quienes que aceptan su diferencia, la respetan y la invitan a jugar con ellos.
Laila, por primera vez, descubre el baloncesto y le gustó mucho, por lo que pasa a formar parte del equipo femenino del colegio. Todas sus compañeras la estiman, la respetan, y dan un buen ejemplo de una simbiosis cultural ejemplar: Estaba muy a gusto con aquellas niñas. Nunca me habían hecho sentir diferente y no había ningún tipo de discriminación entre nosotras (p. 46).
La postura de los españoles frente al Ramadán, el velo y la chilaba es la misma que Laila ha experimentado, y eso lo demuestra, como hemos mencionado antes, el hecho de ver a una joven española que conducía un coche y llevaba un cigarrillo en la mano. Es la misma actitud que la abuela mostró cuando se topó en la calle con otra joven española con una minifalda: Mucha gente la miraba porque llevaba chilaba y un pañuelo en la cabeza” (p.47), “(…) a veces, cuando pasábamos al lado de alguna chica con minifalda, se quedaba mirándola fijamente (p.128).
Durante su estancia junto con su familia en Países Bajos en las vacaciones de verano sintió mucha añoranza a su segundo país (España). Eso revela la adaptación rápida de la autora en un espacio cultural distinto al suyo como lo es España: sentí añoranza de mi casa de España. Quería volver. Sentía que allí todo era más vivo, más alegre. Sentía que era mi hogar. No me importaba que la gente me llamara mora (p.67)
Para la protagonista, a veces, los problemas más serios son los que provienen de ideas irracionales y antecedentes culturales absurdos como cuando sus padres le obligaron a abandonar el atletismo. La narradora dice al respecto: ¡Tenía que dejar el atletismo porque tenía quince años y enseñaba las piernas! (p.115)
Uno de los puntos fuertes que caracterizan la personalidad de Laila es el no prescindir de sus raíces, costumbres y tradiciones aunque, en algunos casos, está en desacuerdo con algunos de sus aspectos. Pues, ella hace el Ramadán, se casó con su primo Omar, da luz a una niña (Ikram) y compromete junto con su marido enseñarle la lengua de sus antepasados: Omar y yo decidimos que le hablaríamos en bereber, como nuestros padres nos hablaban a nosotros (p.151)
Por lo que respecta al espacio, Laila atañe a tres espacios diferentes: el espacio particular e íntimo (la familia), el espacio público (escuela, colegio, instituto, la calle) y el espacio de origen (el pueblo de los Karrouch en Marruecos).
No obstante, leyendo la obra se da cuenta que hay otro espacio que no carece de importancia, es el espacio intercultural que está en su imaginación y sus emociones, es en este aspecto psíquico donde se solucionan muchas cuestiones culturales que plantean problemáticas en su vida: Los comentarios típicos, como mora y cosas así, dejaron de molestarme porque había aprendido a valorarme como persona y a aceptar que no tenía que infravalorarme por ser inmigrante (p.112).
Igualmente, pudo superar todas las barreras de racismo y discriminación que se enfrentó a la hora de buscar trabajo y un piso donde vivir con su marido Omar.
La escritora considera los contrastes o, incluso, choques culturales como un elemento enriquecedor y provechoso a nivel intercultural del individuo.
Para ello, la obra es una invitación a buscar y adoptar siempre el lado positivo de la cultura ajena, conocer el lado negativo y descartarlo.
Convirtiéndose así en un ejemplo de simbiosis cultural que se impregna de las dos culturas opuestas. Por ende, la autora cierra su autobiografía con una frase bella, significativa y llena de aprendizaje: No he perdido mi cultura ni mis raíces, sino que he ganado otra cultura y otras costumbres. Me gusta hacer un buen cuscús para comer y una tortilla de patatas para cenar. ¿Por qué no? (p.153).
En lo que se refiere a la lengua y estilo utilizados, podemos decir que este último es directo y muy realista, idóneo para el género autobiográfico, pero la narración es conmovedora y emocionante. En cuanto a la lengua, la podemos calificar de sencilla y amena, que cualquier lector la pueda asimilar con facilidad. En este ámbito lingüístico, Laila, de vez en cuando, usa rifeñismos y arabismos que enumeraremos a continuación :
Al.lah, Al.lah Uakbar, berber, chilaba, cuscús, dírham, enxagal.lah, hamdulil.lah, hanna, harera, henna, Hispania, I’d-Adha, iema, lala, lala zasrez nnag, rafki, Ramadán, salam alikum, sidi murai nnag, zaxneft y zasotx.
Así como ha introducido un fragmento de una canción árabe muy famosa (escrita por Mustafa Mahmud y cantada por Wadie Safi) a través de la voz de su marido Omar al ponerse contento tras el nacimiento de su hija Ikram, lo cual dice :
Al lailo i Laila You atibouni (Laila, la noche se pelea conmigo
Wayakulo li salem ala Laila y me dice que salude a Laila) (p.150)
Con tales palabras y expresiones en rifeño y árabe, además del español, la autora se siente identificada con dos culturas totalmente distintas : la cultura del lugar de residencia actual y la del lugar de nacimiento o de origen, lo cual da lugar a una mezcla de diferentes valores, puntos de vista y hasta religiones.
En fin, Laila nos muestra que, a través de su propia experiencia de la migración que coincide con un proceso de construcción de una identidad enriquecida, en el hecho de ser marroquí, musulmana y hablar bereber no impide sentirse aunque sea un poco español y abrazar, junto a las propias, las costumbres y la lengua del país que la recibió.
Conclusión
En síntesis, podemos decir que al igual que muchos escritores que tuvieron éxito en el movimiento literario fronterizo en varios sitios en el mundo, como lo son los algunos autores latinoamericanos que representan la literatura de habla hispana y la literatura chicana en Estados Unidos; la literatura del Mahjar con sus grandes representantes descendientes de inmigrantes árabes especialmente de origen sirio, libanés y palestino que cultivan este género literario en países hispanoamericanos; la literatura magrebí de expresión francesa son sus ilustres creadores; así como la literatura marroquí de inmigración o de la diáspora con sus escritores mencionados más arriba y de los cuales nuestra autora forma parte, ha acertado estupendamente en demostrar con su bello escrito que la literatura fronteriza es una de las manifestaciones artísticas de gran valor social, intercultural y humano.
Como muestra de ello, la obra analizada, junto a otras, reflejan la gran delicadeza creativa, literaria y estética de su creadora. Así pues, la propia Laila ha podido enriquecer el género narrativo con sus magistrales producciones en este tipo de literatura mundial.
Sin lugar a dudas, Laila forma la apología de la mujer rifeña en todas sus etapas de vida: niñez, adolescencia, juventud, adultez y vejez en dos mundos caracterizados por ser antagónicos.
Este retrato global ha sido muy bien logrado por la escritora a través de la autobiografía, en la cual Laila se comunica con nosotros de manera directa y realista. Al fin y al cabo, la obra representa perfectamente ese movimiento literario caracterizado por la hibridación lingüística y cultural que viene enriqueciendo nuestra joven Literatura Marroquí en Lengua Española.
Citation :
- Todas las citas presentadas en este artículo son extraídas de la novela Laila, por esto, mencionamos sólo el número de las páginas en lo sucesivo. ↑